domingo, 28 de septiembre de 2008

EL DÍA QUE EL ROL MURIÓ (1a parte)


             Iba a titularlo "El ocaso del Rol" pero me acordé de aquella saga de Juez Dredd titulada "El día que la Ley murió" y ya se sabe que un friki siempre tira pal monte donde todo es orégano...friki. Pero basta de refraneros y enfrentémonos a la dura realidad. El rol se muere. Aunque no he encontrado ninguna profecía oculta en el Libro de Nod ni en las Revelaciones de la Madre Oscura (pero las encontraré) todos sabemos que nuestra querida afición o incluso estilo de vida está despareciendo. Las fuerzas de la Banalidad están socavando la poca imaginación que nos queda y es que, aunque no queramos admitirlo, tras nuestros mundos imaginarios de ewoks y elfitos con espadas+5 hay una realidad mayor a lo Matrix que no podemos escapar: El Mundo Real. 

              El mayor declive comienza cuando tienes que buscarte un trabajo y enfrentarte a la competencia diaria de esta sociedad cruel, consumista y egoísta. Cuando tienes que buscarte las judías y te deshaces de los últimos restos de inocencia que te quedaban es cuando la persona cambia. Este cambio de personalidad ya afecta en mucho a la gente normal que se vuelve más arisca, autista e incluso antisocial, pues al friki, acostumbrado a estar con amiguetes sufre aún más cuando no tiene tiempo para su hobby o se dedica a otros vicios como la consola.

             Al trabajar con tu pluriempleo para llegar a tu salario mileurista descubres que en el escaso tiempo que tienes debes meter todos tus vicios dentro de ese estrecho margen de tiempo: jugar a la consola, pintar miniaturas, echar algún polvete, jugar al Warhammer, jugar al Illuminati, ver pelis de la mula, visitar a tus padres para gorrear comida, ir de botellón, leer Juego de Tronos, ver páginas porno, ver Perdidos y Heroes, jugar a Heroclix, jugar a la consola, reflexionar sobre lo que ha pasado en Perdidos, jugar al D&D, leer cómics, saquear Gigamesh, jugar al Civilization 4, echar más polvetes, jugar a Mundo de Tinieblas, hacer sudokus... no hay tiempo para todo y estás obligado a seleccionar hobbys con el que pasar el tiempo libre. Al final esta sociedad competitiva provoca que los juegos compitan entre ellos. Incluso en el Promethean the Created te sugieren que tu campaña dure unas 5 sesiones debido a la falta de tiempo libre de los adultos a los que va dedicado este juego.

             El problema es que una buena partida de rol requiere su tiempo prepararla y el resto de juegos no requieren pensar tanto, cosa que se agradece también para desconectar de la presión laboral. Muchos de los otros vicios como la consola solo requiere una persona para jugar pero el rol necesita unas 4 como mínimo y cada vez es más difícil quedar todo el mundo.

            Otra causa, por feo que quede decirlo, es que los grupos frikis nunca han sido famosos por su sociabilidad. En cuanto desconectas un poco y descubres que no entiendes de qué hablan empiezas a descubrir que te estás apartando del grupo (¿así que han vuelto a matar a Charles Xavier?). Entonces el temor va cobrando forma y descubres que estás predestinado a acabar como tus padres, esa pareja progenitora que tiene su trabajo y sus cositas y se queda el sábado por la noche viendo "Noche de fiesta" en la caja tonta. Entonces es cuando dices de despertar de nuevo esa semilla primigenia friki que, cual Tzimisce, todos llevamos en nuestro interior, es la hora de despertar el niño interior, bueno, ese niño que ya tiene 34 tacos y menos pelo que antes. Entonces vuelves a abrir tu Batarmario friki y redescubres todas esas cositas que te han hecho feliz tanto tiempo, como la primera edición de Vampiro de Ediciones Orbitales. Es entonces cuando estás equipado con tu Arsenal 5 que dices, esto..., falta algo..., es verdad, ¡los amiguetes! 

          Los llamas a todos pero todos están ocupados, uno como excusa dice que tiene que sacar la basura y no tiene tiempo, la idea de colgar la bolsa de los dados cual guante de boxeador sacude tu mente, pero como diría Thor: "¡A ello digo NO!" Hay una cosa que todavía debe existir: tu antiguo club de rol y vas en su busca pero eso es otra historia...(continuará que tengo jambre;)

3 comentarios:

  1. uf, excelente reflexión... la carreta sigue y sigue y es difícil tener tiempo para pararse a mirar el paisaje.

    www.rolerum.com

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  2. hace unos años nos juntábamos a jugar rol, crecimos y bueno.. ya saben la historia; pero nunca se muere o eso depende de si lo dejamos morir, en mi caso no comparto mas una mesa real pero sigo jugando en un foro de rol, a los que extrañan los dados les sugiero entrar a alguno; muy buen comentario, un artículo para pensar

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