EL ROMANCERO DEL MÍO ORCO
Unos desfacedores de entuertos fueron contratados
para encontrar unos niños desaparecidos y abandonados
Entre ellos había un poderoso guerrero
con cuyo arco siempre tenía ojo certero,
también había una intrépidora exploradora
que era toda una auténtica merodeadora.
Dos clérigos les acompañaban
y así más seguros estaban,
uno prefería más guerrear y matar
y el otro nuestras heridas soliviantar
Y un servidor, un orco bardo sensible
con cuya hacha sangrienta todo era posible.
Tras preguntar en un caserío
encontraron un trol submarino en un río,
un clérigo con armadura completa quería nadar
pero el orco dos veces tuvo que su dignidad salvar
Pasaron varias desventuras
donde las pasaron maduras
Nadie ni siquiera estilo perro sabía nadar
y más de una vez creían que se iban a ahogar.
Más perdidos que un hijo puta el día del padre estaban
y una señal a los dioses para encontrar el camino rogaban
Finalmente su paciencia fue colmada
pues había unas ruinas en una ensenada
Todo el mundo sabía por donde habian pasado
pues un rastro de bichos muertos habían dejado
El sanador corriendo por el dungeon avanzó
y con su cuerpo todas las trampas se comió
La guarida del villano hallaron
con cuya piel de cocodrilo se enfrentaron
El bardo orco con un poderoso salto sobre el lago atacó
pero un temible cocodrilo de las aguas casi la entrepierna le mordió
y al villano nadie podía hacerle mella a su pellejo
pues tenía escamas de cocodrilo el muy pendejo
Tras una feroz batalla
nuestros héroes pudieron dar la talla,
gracias al clérigo guerrero como es bien sabido
su daga de plata le había malherido.
Raudo y veloz, el villano pudo escapar
pero los héroes a los niños pudieron salvar.
Felices volvieron para cobrar la recompensa
y así un día más poder llenar la despensa
Sin embargo, la historia aquí no ha acabado
pues una maldición les había acompañado
pero esto ya es otra historia
como dijo mi primo, el de Moria...